LLEGAN LOS NUEVOS TELEVISORES QUE IMITAN LA REALIDAD

Por Marcelo Belucci
Desde que se despojaron del lastre del tubo catódico, los televisores se subieron a un espiral de evolución que parece no tener fondo. Hoy, superado el horizonte de la resolución 4K, los fabricantes deben recurrir a diferentes tecnologías que mejoren la calidad, nivelen el contraste y se diferencien del resto. Los competidores más innovadores del sector son Samsung, LG y Sony, que recurren a un círculo de progreso permanente para sumar valor agregado a sus pantallas. Los modelos más avanzados otorgan una nitidez que ya se asemeja a la misma realidad.
Desde hace cuatro años, los TV 4K sobrevuelan el mercado argentino, aunque por sus altos costos quedaban excluidos del radar de consumo. Pero lentamente, el proceso de recambio digital y la merma en su precio, están traccionando sobre la generación Full HD, que comienza a perder territorio. “El mercado acumulado 2017 de 4K es del 9{66ff23020a1ef607eebbeb0d012b2248c66d866c121265723dca700c591440fb} y creemos que, en base al comportamiento actual y las proyecciones realizadas, puede crecer hasta un 50{66ff23020a1ef607eebbeb0d012b2248c66d866c121265723dca700c591440fb} el año próximo”, indican desde Noblex.
Y si bien el 4K está braceando en el nivel intermedio de la tabla, los equipos de alta gama siguen siendo 4K, aunque las marcas les suman un tratamiento diferencial que potencia la experiencia visual. Las tecnologías que asoman en góndola son HDR (Alto Rango Dinámico) como el Sony, OLED de LG y Philips, y los QLED de Samsung, que fueron presentados este año en la feria de inovaciones CES, de Las Vegas.
La designación base que le da la industria a estos paneles es Ultra HD (UHD), aunque también se la conoce como 4K o incluso 2.160p. La diferencia con el Full HD (1.920 por 1080 líneas) es la cantidad de pixeles o puntos de luz que componen la imagen, que se multiplica por cuatro. Los UHD cuentan con una resolución de 3.840 líneas horizontales por 2.160 verticales, dando como resultado una imagen mucho más detallada en el mismo tamaño de pantalla.
La gran flaqueza de los Full HD se percibe en el tamaño, ya que al superar las 49” comienzan a resignar calidad y obligan a distanciarse para no ver la imagen pixelada. Mientras que los UHD fueron diseñados para trabajar en pantallas entre 65” y 75”, sin preocuparse por la pérdida de nitidez, a una corta distancia.
Desde esta franja en adelante, todos los televisores son Smart, es decir, se conectan a Internet y permiten descargar aplicaciones. Son ultra delgados y vienen con varios puertos de conexión. Y siempre es recomendable que esté colgado en la pared con un brazo metálico retráctil para tener acceso a los conectores.
El primer escalón en la revolución de los 4K lo ocupan los modelos HDR, que permite disfrutar un mayor contraste entre tonos oscuros y brillantes. Así, en su paso del negro al blanco, una TV 1.080p o un 4K otorga alrededor de 10 modulaciones diferentes de grises entre ambos colores, mientras que un televisor HDR tendrá aproximadamente 1.000 variantes. Su valor, dependiendo de las pulgadas, rodea los $ 30 mil.
En esencia, la misión del HDR es perfeccionar los píxeles en lugar de aumentar su número o la tasa de refresco de la pantalla, que es lo que los fabricantes han hecho en los últimos años para mejorar la calidad de imagen. Si el equipo es compatible con esta tecnología, tendrá en el marco, una etiqueta con sus iniciales.
Ya en la zona caliente, con precios que rondan los $ 50 mil se posicionan los OLED, que elimina el panel LED posterior y permiten que los píxeles emitan luz de forma totalmente independientes unos de otros.
Su secreto se basa en diodos orgánicos que emiten luz y están formados por diminutas partículas que reaccionan al paso de la electricidad emitiendo haces de luz. Gracias a este método, obtienen una calidad de color asombrosa, negros casi reales y un contraste verdadero.
Al tope de las pretensiones está la gama QLED de Samsung -que releva a sus estilizados SUHD- y consiste en la unificación entre la tecnología Quantum Dot (puntos cuánticos) y los LED. De esta forma, emiten partículas más pequeñas que el ADN que permiten reproducir los blancos más puros y los colores en su máxima expresión mientras que al combinarse pueden mostrar una gama de tonos mucho más amplia y fiel a la realidad.
El QLED TV aborda todos los aspectos de la calidad de imagen, incluyendo ángulo de visión y volumen de color. Además, esta tecnología promete entre 1.500 y 2.000 nits (unidad de medida para calcular la luminancia) una variación de brillo bastante superior al tope de 800 nits que ofrecen los OLED. Su precio está en $ 150 mil.
Otro detalle no menor son los sistemas operativos integrados en el interior de estos televisores. Mientras Samsung se mueve en Tizen, LG se guía por el webOS y Sony se inclinó por Android.
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