Por El Cronista
Aunque nadie en Comodoro Rivadavia se lo hubiera imaginado, por estas horas en la «ciudad de los vientos» coinciden efectivos militares de Estados Unidos y Rusia, en el marco del operativo internacional que intenta hallar al submarino argentino ARA San Juan, desaparecido hace más de 10 días.
Mientras en el aeropuerto local se continuaba descargando este sábado el material del superavión ruso Antonov 124, que aterrizó el viernes en la ciudad; en el puerto, efectivos de la Marina estadounidense finalizaron los trabajos de alistamiento del barco noruego Sophie Siem, para que se pueda usar como nave base de un minisubmarino de rescate.
El Sophie Siem zarpará mañana al mediodía rumbo a la zona de búsqueda, tras aplazarse su salida este sábado por los fuertes vientos. Según informó la Armada, submarinistas argentinos irán en el navío del país nórdico junto a sus pares norteamericanos.
Para poder llevar el minisubmarino, al Sophie Siem se le incorporó una plataforma y una rampa que permitirá el transporte y el descenso de la cápsula de rescate.
Por su parte, la corbeta Rosales y el aviso Islas Malvinas, ambos de la Armada argentina, transportarán el equipamiento tecnológico de inspección visual ruso para llevarlo a la zona de búsqueda del submarino perdido.
Pero la contribución del gobierno de Vladimir Putin no termina allí. Según informó este mediodía el vocero de la Armada, el capitán Enrique Balbi, en los primeros días de diciembre estará arribando directamente a la zona del operativo el buque oceanográfico ruso Yantar.
El Yantar está equipado con tecnología de avanzada que le permitirá rastrear al submarino perdido a una profundidad de hasta 6.000 metros.
Como parte del equipamiento que trajo el Antonov 124, uno de los aviones más grandes del mundo, está el Pantera Plus, un aparato no tripulado que pertenece a la llamada Flota Negra rusa.
El Pantera Plus es capaz de operar a una profundidad máxima de mil metros y está dotado de un sonar que escanea el fondo del océano. Además, cuenta con sus propias fuentes de suministro eléctrico y fue creado para la localización de embarcaciones que naufragaron o sufrieron averías.
El aporte ruso a la búsqueda del ARA San Juan incluye también buzos de aguas profundas, un médico y varios operadores.